Patatas Pringles caseras sin gluten
Las patatas son uno de los aperitivos más comunes en todas las casas.
Para picar antes de comer, a media tarde, viendo una película o como recena después de una noche de fin de semana muy larga, estos chips siempre nos han servido como el mejor recurso quita hambre exprés.
Y aunque actualmente existen numerosas marcas en el mercado, una de las «más pioneras» fue Pringles, la cual llegó, vio y venció. Y es que hubo un tiempo en que no había persona que no fuese por la calle con su famoso y característico bote.
Pero como pudimos comprobar, estas patatas no son aptas para celíacos por contener gluten, así que ante este problemilla, nos pusimos manos a la patata y buscamos posibles recetas que nos condujesen a esas patatas Pringle casi casi perfectas y, claro está, aptas.
Hemos de reconocer que no ha sido tarea fácil y que de esta experiencia han nacido creaciones de todo tipo (algunas de ellas merecedoras de ocupar un sitio privilegiado en el Área 51).
Finalmente, conseguimos hacer unas patatas que, si bien es cierto, no son idénticas, saben parecidas y os engancharán al primer mordisco.
¿Deseando probar estas patatas Pringle caseras sin gluten? ¡Pues vamos a ello!
Ingredientes:
Elaboración:
Comenzaremos preparando la mezcla de especias. Podéis variar éstas a vuestro gusto (añadiendo, sustituyendo o quitando). La cantidad de pimentón que echaremos dependerá de vuestro gusto, pero no os excedáis demasiado para que nuestras patatas no resulten demasiado fuertes. Por otro lado, no os preocupéis si nos sobra mezcla, ya que podréis emplearla a la hora de hacer pizzas, bastará con que la metáis en un tarro de cristal limpio y reservemos junto a las demás especias.
En una taza echamos el tomillo, el romero, la albahaca, el orégano y el ajo en polvo (muy poquito). Removemos bien con una cucharilla y, cuando todo esté bien mezclado, agregamos el pimentón. Movemos de nuevo.
En un molinillo ponemos la harina de arroz, los copos de puré de patata y la mezcla de hierbas y especias. Trituramos hasta que el contenido quede reducido a polvo y lo volcamos en un bol.
Incorporamos el agua (recordad que ésta debe estar fría), mezclamos bien con las manos hasta obtener una masa con textura seca que colocaremos sobre una capa de papel film.
Una vez bien dispuesta, cubrimos con otra lámina de papel transparente y, con ayuda de un rodillo, extendemos hasta dejar lo más fina posible.
Logrado este paso, retiramos la primera capa de papel film y, con un molde redondo o un cortapastas de dicha forma, iremos cortando unidades hasta terminar con la masa entera.
Freímos, durante unos segundos (muy poquitos porque se quemas muy rápido) en una sartén con abundante aceite caliente y listo. Recomendación: Esperad a que el aceite presente una temperatura bastante alta para que vuestras patatas no se queden blandas.
¡Y ya tendremos estas riquísimas patatas Pringle caseras sin gluten!
Consejo: Cada marca presenta su puré de patata instantáneo con diferentes texturas (desde copos hasta polvo), así que si podéis, procurad elegir el de textura más fina para que, a la hora de triturarlo, tengamos medio camino recorrido.